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Sé que algunos pensarán: “¡Dios mío! Sus casas están quemadas. Deberían pensar en cosas básicas como alimentos y ropa!” Eso ya lo hemos comprado; compramos ropa también. Pero ahora ellos dicen que ya es suficiente con lo que entregamos, dijeron que es bastante. Por tanto, piden más juguetes para los niños. Así que, es natural, y los juguetes son buenos para los niños. Para ellos es incluso mejor que la comida. Porque los calma, les hace sentir seguros y queridos. Así que no creo que eso sea como malgastar el dinero. No lo es. No es que la comida y las cosas materiales sean siempre importantes. Es la seguridad mental lo que es importante. Por tanto, os pediré que trabajéis mañana por la mañana. Quien pueda, que trabaje con él para intentar comprar más, más y más cosas – cuantas más mejor. Cualquier cosa que necesiten, la compramos. (Sí, Maestra) Y vosotros ayudáis con la entrega y el empaquetado y todo eso. Intentad estar calmados y organizados a donde vayáis y haced la lista rápido. Quien se presente voluntario para ayudar en ese sistema de laboral: Inscribid vuestro nombre y número de teléfono. Y dádselo a él. Pero tenéis que saber cuándo estáis disponibles. Poned si es por la noche o la tarde, o a qué hora. Si no, le gente os sigue llamando y vosotros no estáis allí. […]Así, en realidad si nos dejasen trabajar con ellos, ya habríamos entregado todo ayer en las manos de todo el mundo. En Âu Lạc (Vietnam) lo entregamos en las manos de 50.000 personas en una semana, en manos de todos. El grupo de ocho monjes solo, ocho personas. […]En realidad, veis, a veces, en los desastres, ellos aprenden a trabajar juntos, a protegerse unos a otros, a amarse unos a otros y compartir los tiempos difíciles juntos. Y los corazones de la gente se suavizan. Y el odio probablemente se disuelve entre vecinos mal avenidos, a veces, y todo eso. Y algunas personas en el desastre empiezan a reflexionar sobre la naturaleza efímera de la vida. Y ellos empezarán a comprender que la seguridad material no es todo lo fiable que necesitamos. Mirad las casas de un millón de dólares, solo en seis, cinco minutos, se acabó. […]Photo Caption: La verdadera belleza es algo natural
