Apreciar nuestra preciosa vida humana, parte 1 de 2

El venerado Lama Zopa Rinponche dijo una vez: “Lo que ofrece este cuerpo humano, la oportunidad que nos presenta es mucho mejor que el cielo lleno de miles de millones de dólares, o de cielos infinitos llenos de oro, diamantes o incluso joyas que conceden deseos. Por tanto, este valioso cuerpo humano que tenemos ahora es increíble. Es más precioso que cualquier cosa. Teniendo este valioso cuerpo humano, podemos alcanzar cualquiera de los cuatro niveles de felicidad: la felicidad de esta vida, la de vidas futuras, de la liberación y la iluminación, así como traer felicidad a todos los seres sensibles. Podemos conseguirlo al desarrollar la mente en la trayectoria, de vida en vida”.

De acuerdo al budismo, para ser liberada, un alma necesita elevarse por encima de la ilusión de este mundo Saṃsara. Sin embargo, un alma humana puede cometer actos erróneos y descender hacia los reinos de existencia inferiores, sin grandes perspectivas de redimirse. El Adorado Buda Shakyamuni nos explicó lo difícil que es renacer como un humano y recuperar la oportunidad de alcanzar la iluminación. “Bhikkhus, si un hombre arrojara al océano una reja de arado con solo un orificio. Y entonces con los vientos del este fuera llevada hacia el oeste y con los vientos del oeste fuera llevada al este. Y con los vientos del norte fuera llevada al sur y con los vientos del sur fuera dirigida al norte. Y hubiera una tortuga ciega en las profundidades del océano que surge a la superficie después de un periodo de cien años. Bhikkus, esta tortuga que sólo tiene un ojo, ¿podría poner su cuello por la reja de arado y asomarse por el orificio para ver la luz?” “Bhikkus, es más probable que la tortuga ciega pase su cuello por la reja de arado y asome el ojo por el orificio para ver la luz a que el necio que ya cayó al infierno gane la humanidad.”

Hace más de 600 años, el venerado Maestro iluminado Tsongkhapa creó una obra maestra, las “Enseñanzas Principales del Budismo”. Esta detallada escritura nos recuerda que atesoremos la rara oportunidad de ser humanos, y que usemos nuestro tiempo sabiamente. “El cuerpo humano en paz consigo mismo, es más precioso que la gema más exótica. Aprecia tu cuerpo, es tuyo sólo por esta vez. La forma humana se gana con dificultad, es fácil de perder. Todas las cosas mundanas son breves, como un relámpago en el cielo. Debes conocer esta vida como el diminuto chapoteo de una gota de lluvia; una cosa de belleza que desaparece tan pronto existe. Por lo tanto establece tu objetivo, ¡aprovecha cada día y cada noche para alcanzarlo!”