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Abre la puerta de la sabiduría, parte 8 de 12

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La Tierra de Buda es solo uno de los niveles de la conciencia interior, y los Cielos son solo una pequeña parte del Universo. Y si no practicamos el camino correcto, si no sabemos cómo, nunca los conoceremos, o al menos, no podemos conocerlos hasta que muramos. Y entonces, no siempre después de que morimos, conocemos los lugares agradables. Tal vez caemos en un nivel inferior de existencia, y eso nos causa aún más sufrimiento que mientras vivimos en este mundo.

Por tanto, es mejor que mientras todavía seguimos en la vida física y tenemos una oportunidad, podamos ir primero a planetas diferentes, niveles de existencia diferentes, y elegir nuestro hogar para la vida después cuando hagamos una salida de este mundo. Entonces sabremos donde vamos. Debido a que somos los hijos e hijas de Dios; somos los discípulos de los Budas; somos seres grandes. No nos deberían sacar a la fuerza ni llevarnos a rastras como a un animal sin tener ningún control sobre nuestro destino. sin tener nada que decir acerca de a dónde vamos y lo que hacemos después de que dejamos este mundo.

Es bastante malo que tengamos que nacer en este mundo sin tener ningún conocimiento de nuestro origen y nuestro futuro. Pero mientras estamos aquí, tenemos la elección, tenemos la oportunidad de crear nuestro futuro. Porque si no rompemos la frontera entre la vida y la muerte, aún cuando seamos virtuosos y hagamos ofrendas a las Tres Joyas, hagamos peregrinaciones a los santos lugares, o recitemos las escrituras de los Santos Maestros del pasado, aún no podremos lograr la vida eterna de los Budas, de los Santos.

En los Sutras budistas, hay muchas historias de gente que hacían ofrendas incluso a los Budas vivientes, pero sin desear la liberación. Por tanto, ellos solo cosecharán el beneficio material de tales ofrendas durante muchas, muchas, muchas vidas. Eso significa muchos miles de años hasta que realmente consigan un método de liberación. Porque cualquier cosa que hagamos, habrá una retribución para eso. Si hacemos ofrendas materiales, entonces conseguiremos recompensa material. Por tanto, si queremos recompensas espirituales, entonces debemos practicar un camino espiritual, que no es ni físico, ni material.

Así que, incluso el poder mágico solo puede llevarnos a una tierra mágica pero no a la Tierra de Buda, si es que alguna vez llegamos allí. Y en el Universo, para poder alcanzar el Primer Nivel de existencia, debemos trabajar muy duro si no conocemos el camino rápido. Por ejemplo, si tenemos algún poder mágico en este mundo mientras estamos vivos, cuando morimos desaparece. Y de acuerdo con el alto nivel de los practicantes, los poderes mágicos y otras habilidades físicas pertenecen al Primer Nivel de Conciencia – es decir, al Mundo Astral. E incluso en los Mundos Astrales, tenemos muchos, muchos niveles diferentes, cientos de ellos.

Hay un Cielo; hay un infierno hay sufrimiento; hay alegría en los diferentes niveles de la existencia astral. Todas las personas, después que mueren sin practicar el método de liberación, irán al Mundo Astral como corresponde, pero en los diferentes niveles. Ese es el mundo de la magia. Cuando llegamos allí, todo se hace por la magia. Cuando Shakyamuni Buda estaba vivo, Su discípulo solía usar poderes mágicos para recorrer el Universo para echar un vistazo. Pero todo lo que Él alcanzaba (a mirar) era algo de un nivel no muy alto en el Mundo Astral. Porque esto también pertenece al reino mágico, que se llama el tipo de proyección astral con la que podemos dejar atrás este cuerpo físico y llevarnos todos los demás cuerpos con nosotros e ir al Mundo Astral.

Tenemos cuerpos diferentes. Por eso la gente que muere, aunque alcancen algún tipo de Cielo, no están liberados, y entonces antes o después de acuerdo con su karma o el juicio del Cielo, tienen que regresar al mundo físico en una forma diferente. La proyección astral es similar a la gente que muere temporalmente y van al Cielo, o quien muere permanentemente y van a los Cielos Astrales.

Pero incluso entonces, incluso si es solo el Mundo Astral, es tan hermoso que nadie que llegó allí nunca quiso regresar a este mundo. Habéis leído quizás muchas historias de investigaciones clínicas de médicos en Estados Unidos, y que cuentan historias de esas personas que mueren temporalmente y regresan a este mundo. Y lloran durante semanas y meses porque no quieren quedarse en este mundo después de ver un mundo tan hermoso. Porque el mundo interior, el nivel espiritual, es tan dichoso que incluso un nivel bajo como el Nivel Astral nos ofrece sentimientos tan extraordinarios de felicidad y libertad que jamás probamos en este mundo – no importa cuánto dinero queremos pagar por ello o cuánto trabajemos en penitencia o cuántos cientos de veces nos inclinemos ante Buda.

Es por eso que desde la antigüedad, muchas personas renuncian a todo, incluyendo las comodidades, posición, riqueza, con el fin de practicar en el bosque o en los Himalayas, etc. para poder seguir disfrutando de este tipo de sentimiento de dicha que se les concede a través de la meditación espiritual. Una vez que conocemos la Luz del Cielo (Celestial interior) y la enseñanza de Dios o Buda, no deseamos nada mundano de este mundo nunca más, aunque sigamos trabajando y ayudándonos a nosotros mismos y a nuestras familias, y a nuestro país. Pero no hay nada en este mundo que podamos comparar a la felicidad que encontramos durante nuestra estancia temporal en el Cielo mientras estamos meditando, o tal vez durante el sueño.

A veces la gente puede tener esta dicha por sí mismos durante oraciones muy, muy sinceras y profundas o durante tiempos de crisis cuando no tienen a nadie más a quien recurrir, o nadie en quien confiar. entonces se olvidan por completo de sí mismos y se ponen en las manos de Dios o Buda, y ese es el momento cuando disfrutan este tipo de dicha efímera. Pero si queremos disfrutar esto a menudo o permanentemente, debemos conocer cómo ascender a este nivel superior de conciencia, y entonces cada día podría ser el Nirvana y el Cielo para nosotros. Y entonces el sufrimiento de este mundo ya no podrá tocarnos.

Por supuesto, sentiremos el dolor y sufrimiento de la gente en este mundo, y entonces intentaremos todo lo que podamos para ayudar. Pero esto no significa que suframos nosotros. Es por eso por lo que Buda, a pesar de que Él era un príncipe y tenía tanta comodidad y lujo, después de la iluminación, llevó una vida de un monje mendigo sin sentir la más mínima incomodidad y sin sentir arrepentimiento.

Photo Caption: Siempre estamos vigilados y amados.

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